¡Hola! Hoy queremos hablar de un tema que se nos hace muy interesante: la exfoliación.
Empecemos con los básicos: ¿Sabías que tu piel es el órgano más grande de tu cuerpo?
La piel se encarga de numerosas funciones: regula la temperatura corporal, impide el ingreso de las bacterias, actúa como protectora entre el organismo y el medio ambiente, almacena agua y grasa y muchas cosas más.
Está compuesta por tres capas: epidermis, dermis y el tejido subcutáneo. En la epidermis es donde se cambian las células muertas. Este proceso de renovación ocurre de manera natural. El ciclo regenerativo de la piel dura aproximadamente 28 días.
Bueno, y entonces ¿por qué debemos exfoliarla?
A pesar de que el proceso de renovación ocurre de manera natural, existen factores como la edad, la exposición al sol, la falta de sueño y la nutrición que hacen que la renovación se haga más lenta. Las células muertas no se eliminan del todo y la piel no se puede oxigenar de forma correcta, tampoco absorbe todos los nutrientes y como resultado la piel se ve apagada.
Okay! Ahora que sabemos esto podemos hablar sobre la exfoliación y algunos de sus beneficios.
El proceso de exfoliación nos ayuda a eliminar aquellas células muertas en la superficie de la piel.
Ayuda a retirar la grasa que obstruye algunos poros para permitir que la piel respire y mejore la absorción de las cremas hidratantes.
Estimula la regeneración celular y la microcirculación sanguínea.
Evita la descamación, erupciones, inflamaciones y enrojecimientos.
Previene el envejecimiento prematuro de la piel ya que mantienes sana la capa protectora.
Hace que tu piel luzca más luminosa y renovada.
Bueno, ¿ y cómo se realiza una exfoliación correcta?
La mejor forma de exfoliarte es al momento de la ducha, ya que la piel se encuentra húmeda y puedes enjuagarte fácilmente. Puedes empezar con agua tibia para que abran los poros y posteriormente usar agua fría para que tonifique la piel.
Se recomienda exfoliar la piel 1 o 2 veces por semana, depende de qué tan sensible es tu piel. Hay que tener cuidado con la frecuencia de exfoliación ya que hacerlo demasiado puede dañar tu piel.
Recuerda exfoliar las zonas como rodillas, codos y planta de los pies, ya que tienden a deshidratarse más.
Cuidado con los exfoliantes abrasivos, hay diferentes tamaños de granulación para diferentes áreas del cuerpo.
Cuidado con los exfoliantes de azúcar, ya que ésta puede raspar la piel a niveles microscópicos.
¡Esperamos que este artículo te haya gustado! Cuéntanos tus experiencias y compártenos tus dudas. Nos vemos en el siguiente blog :)
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